"La soledad no puede ser disipada por la actividad sexual. No te puedes curar por medio de la actividad sexual. Tienes que aprender a estar cómodo contigo mismo y a centrarte en tu interior. Una vez que tengas un camino espiritual, tendrás un hogar. Una vez que puedas afrontar tus emociones y manejar las dificultades de tu vida diaria, tendrás algo que ofrecer a otra persona. La otra persona tiene que hacer lo mismo. Las dos personas tienen que curarse a sí mismas para sentirse cómodas; entonces cada una puede convertirse en un hogar para la otra. De otro modo, todo lo que compartimos en la intimidad física es nuestra soledad y nuestro sufrimiento"