sábado, 21 de junio de 2014

Con lágrimas de risas y risas al llorar

Que la sensiblería es de mal gusto, y hablar mucho sobre amor es cosa de tontos, que ser demasiado sensible por las cosas más pequeñas e insignificantes a los ojos del mundo es ridículo. Pero yo... Yo soy todo eso, y llegué a molestarme bastante al leerlo, pero duró muy poco la incomodidad. De inmediato comencé a sentir pena por los que piensan eso. Y  así caí otra vez en el mal gusto. Pero cómo lo gozo, cómo me gusta esa intensidad y esa manera de sufrir, de vivir y bailar la vida.


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