jueves, 30 de octubre de 2014

Quedarme contigo


Divina ambigua persistencia

Será una enfermedad confundir los sueños con la realidad
Ya no sé qué fue real y qué no ha sido
En esta plenitud de soledad que no hace mal
Con la exigencia en mi puerta, en mis ventanas
Que no hace mal
Pero después de todo ésto, me diagnostico en una sofocante necesidad


domingo, 5 de octubre de 2014

La ídolo roto

Soy una mujer normal, no soy perfecta. Entonces anormal

No soy la "más" de ningún lado

Yo no soy lo más importante de nadie y nadie me tiene para sí como un ídolo

 Soy tan completamente desastrosa

Digo mucho, soy imprudente, y me enamoro como un pobre caballito de mar. Y muero de dolor

Pero soy una persona tan llena de defectos que tendrían que fajarme en un cinturón con corriente para castigarme por cada uno de ellos por mucho tiempo y antes de morir soltarme a ver qué tanto aprendí

No soy orgullosa, y no sé si contar eso como defecto o virtud, pero como la idea es sacar lo peor de mi, entonces me voy por el camino de espinas. (No te rías, tampoco sientas lastima por mí)

Pero qué compromiso sería ser lo mejor de alguien

Pero qué ardua la carrera de tener que hacer las cosas correctas de alguien. Para ser lo mejor de alguien

Tengo tantas debilidades que me aburriría nada más de mencionarlas

He aquí una masa, una maleable y suave masa, queriéndose amasar pero sin ningún recetario. Veremos qué es lo que sale...

No estoy interesada en ser lo mejor de nadie.





Un día como hoy

Ya hay cosas que simplemente no importan, y si acaso importaran, lo que me alegra es saberlo!


Yo sólo pretendo tener la humilde forma de ignorante

Y dudar siempre....

sábado, 4 de octubre de 2014

Cuatro Cartas. 3.

3/4

Mi inocente pedazo.

Ese salto brusco, esa caída catastrófica, ese cambio de vida extraordinario. Eso eres. Y serás mis llantos, mis preocupaciones, mis alegrías y mis futuros orgullos. Saqué garras, saqué colmillos, saqué patas, saqué, gritos feroces, saqué una enorme fortaleza para criarte bajo la tristeza y el dolor, con las nostalgias de las pérdidas; y luego esos pesares de llantos penosos, se convirtieron en llantos de vida y alegría; llantos de parto; nostalgias de orgullo. Así me tendrás la vida entera, y cuando decidas partir lejos de mi protección recordaré que yo lo hice con la mía, y ella sintió la soledad, y la sufrió. Yo no sufriré, te lo juro, te veré volar, entonces ya no necesitaré más nada en la vida.