sábado, 4 de octubre de 2014

Cuatro Cartas. 3.

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Mi inocente pedazo.

Ese salto brusco, esa caída catastrófica, ese cambio de vida extraordinario. Eso eres. Y serás mis llantos, mis preocupaciones, mis alegrías y mis futuros orgullos. Saqué garras, saqué colmillos, saqué patas, saqué, gritos feroces, saqué una enorme fortaleza para criarte bajo la tristeza y el dolor, con las nostalgias de las pérdidas; y luego esos pesares de llantos penosos, se convirtieron en llantos de vida y alegría; llantos de parto; nostalgias de orgullo. Así me tendrás la vida entera, y cuando decidas partir lejos de mi protección recordaré que yo lo hice con la mía, y ella sintió la soledad, y la sufrió. Yo no sufriré, te lo juro, te veré volar, entonces ya no necesitaré más nada en la vida.