Tontos de mi vida, no sueñen con que tendrán algún día toda la vida alegre que siempre sueñan
Tontos de mi vida, la juventud solo es un paso más hasta la muerte
Tontos, tontos. No es la belleza lo que necesitan para ser felices
Tontos de mi vida se la pasan diciendo que saben ser felices con ellos mismos, siempre terminan necesitando la aprobación de alguien más
Tontos de mi vida, el resto del mundo no es menos importante que ustedes
Tontos, jóvenes tontos- así como yo-, no se crean que han descubierto el agua clara ni los primeros amaneceres
Tontos, queridos tontos, bobos de la vida -no como yo- quien supere la soledad y la tristeza del abandono, por obra del universo o de un Dios, como el perder a la madre, quien supere la soledad en todos sus tonos, puede entonces decir que sabe de soledad y de ser feliz en ella
Tontos mios, sin ustedes en que molécula podré reflexionar sobre tantas tonterías que nos quitan el tiempo
Y ustedes, mis tontos; inteligentes, cultos y bellos. Ágiles, jocosos, engreídos y amorosos, son todo eso que yo también he sido. Y de qué se trata perder el tiempo más que viviéndolo y dándonos cuenta por nosotros mismos que en realidad hemos sido muchas veces unos tontos.
Fotografía: Revista Literaria La Noche de las Letras