"El único amor posible es el amor pasión. Lo demás es claudicar y resignarse. Lo otro son rutinas a las que te agarras por miedo. Y te puedo asegurar que se necesita un especial temple para no transigir, para no engañarse, para permanecer al pie de la pasión. Y, sin embargo es lo único que hay. La pasión es el impulso creativo que mueve al mundo. Sin pasión no hay arte, sin pasión no hay genio. Y si renuncias a ella, por cobardía, estas siendo derrotado, estas aceptando la monotonía y la rutina"
Ricardo parecía un personaje amargado de este libro, pero apuntaba una idea maravillosa y extraordinaria acerca de ese amor pasión, que yo he llegado a creer que es el que todo mundo espera tener. Lo otro, lo otro también es lindo, ese otro tipo de amor; pero surge de la necesidad tácita de la vida. Esa de no permanecer solos, esa de que a lo acostumbrado jamás despegarse. Entonces se acaba el amor pasión y viene a sobrevivir el amor de cada día que viene argumentado con el compromiso, la confianza, la seguridad, la protección, la compañía, y la costumbre. Y en cierto modo el temor. Así como mis padres terminaron siendo compañeros, así como en los últimos años de pareja en sus vidas vivían tal cual hermanos que simplemente compartían una cama y una casa. A eso yo no lo vengo a maltratar, pero me cae muy bien Ricardo. Si sólo existiera y no fuera un personaje de este libro...
Fragmento: La Función Delta de Rosa Montero