Buena broma nos echó el destino. Este amor acongojado siempre
Destinado a ver caer hojas como si nunca llegó la primavera
Que dicha la de los celebrados, esos que nunca fui
Buena broma nos jugó Dios. Es bueno creer que fue Dios
Que dicha ver la primavera, que dicha la sonrisa de los homenajeados
Que desdicha no reir como ellos
y seguir viendo siempre hojas caer.