domingo, 30 de junio de 2013

Scorpions-Still loving you


Claudicar

"De hecho tú claudicaste, cuando empezaste a vivir con Miguel te acabaste como persona. No volviste a hacer una sola película. Y no era un problema de Miguel, en todo caso, sino de lo que tu buscaste en la relación. De la vieja costumbre femenina, del ancestro, que te venció. Lo que tú llamas amor cotidiano no es más que MIEDO. Sí, sí, claudicar. Para ti el amor pasión supone la lucha, la batalla, la independencia, el mantenerte viva, el ser persona. Y lo que llamas amor cómplice, al contrario, supone ampararte en el otro, resignarte a ser menos libre a cambio de la SEGURIDAD, de la PROTECCIÓN"
Fragmento de Función Delta de  Rosa Montero

Vaya! Y si lo fusionamos? Mi idea sería fusionarlo. Y no claudicar

Sábado en la noche tiene varias fiestas que contar


Carros, luces, frenos, pavimento mojado, cargas, 
motos, luces LED, velocidad, autopistas rápidas, alcohol, 
semáforos, de noche, chicas, de noche...

La velocidad imponente sobre el asfalto las noches de sábado, 
los jóvenes embriagados de energía, de drogas, de alcohol.
 Las chicas con tacones altos y minifaldas mintiéndole a papá a donde esa noche pararán. 
Música, ruido, alboroto y un imbécil y estúpido sentido del humor y de irresponsabilidad. 
Ganas de heroísmo, de importancia, popularidad y pretensión de la codiciosa manera de tener mucho dinero que gastar. Que compra todo. La felicidad advenida de la velocidad, del alcohol y del éxtasis los sábados por la noche. La que acaba el domingo a media mañana o el lunes a las 6 de la mañana más tardar.

Carros últimos modelos, celulares, ropa de marca, bebidas con nombre de diseñadores, dolares, bodas, 
compromisos, despedidas de soltero, clubes nocturnos, prostitutas, de noche, venta, de noche...

Viviendo a mil con poca prudencia, con desespero y adrenalina pubértica*, inmadurez, ganas de tenerlo todo en una noche, en unas horas. Comprar la felicidad de una noche sea el precio cual fuera. Moda, fama, moda, moda. Todo hasta que se acabe la moda y tengas que ir corriendo a que no te deje el tren de la adultez que también este de moda.

Mientras tanto esa noche violaban a una niña de 13 años en el callejón de un barrio de la ciudad donde pasaste a  180 kilómetros por hora en una camioneta de un valor de 2 millones de bolívares fuertes que te regaló tu papá que manejabas drogado con la droga que te vendió el violador.


*la acabo de inventar

sábado, 29 de junio de 2013

Apego y amor pasión

"El único amor posible es el amor pasión. Lo demás es claudicar y resignarse. Lo otro son rutinas a las que te agarras por miedo. Y te puedo asegurar que se necesita un especial temple para no transigir, para no engañarse, para permanecer al pie de la pasión. Y, sin embargo es lo único que hay. La pasión es el impulso creativo que mueve al mundo. Sin pasión no hay arte, sin pasión no hay genio. Y si renuncias a ella, por cobardía, estas siendo derrotado, estas aceptando la monotonía y la rutina"

Ricardo parecía un personaje amargado de este libro, pero apuntaba una idea  maravillosa y extraordinaria acerca de ese amor pasión, que yo he llegado a creer que es el que todo mundo espera tener. Lo otro, lo otro también es lindo, ese otro tipo de amor; pero surge de la necesidad tácita de la vida. Esa de no permanecer solos, esa de que a lo acostumbrado jamás despegarse. Entonces se acaba el amor pasión y viene a sobrevivir el amor de cada día que viene argumentado con el compromiso, la confianza, la seguridad, la protección, la compañía, y la costumbre. Y en cierto modo el temor. Así como mis padres terminaron siendo compañeros, así como en los últimos años de pareja en sus vidas vivían tal cual hermanos que simplemente compartían una cama y una casa. A eso yo no lo vengo a maltratar, pero me cae muy bien Ricardo. Si sólo existiera y no fuera un personaje de este libro...

Fragmento: La Función Delta de Rosa Montero

viernes, 28 de junio de 2013

Salvatore me habló al oído esta mañana

El alto velero

 
Cuando vinieron los pájaros a mover las hojas
de los árboles amargos junto a mi casa
(eran ciegos volátiles nocturnos
que horadaban sus nidos en las cortezas),
alcé la frente hacia la luna
y vi un alto velero.

Al borde de la isla el mar era sal;
y se había tendido la tierra y antiguas
conchas relucían pegadas a las rocas
en la rada de enanos limoneros.

Y le dije a mi amada, que en sí llevaba un hijo mío
y por él tenía siempre el mar en el alma:
«Estoy cansado de estas olas que baten
con ritmo de remos, y de las lechuzas
que imitan el lamento de los perros
cuando hay viento de luna en los cañaverales.
Quiero partir, quiero dejar esta isla.»
Y ella: «Querido, ya es tarde: quedémonos.»

Entonces me puse a contar lentamente
los vivos reflejos de agua marina
que el aire me traía a los ojos
desde la mole del alto velero.

 De Salvatore Quasimodo de Italia querida

martes, 25 de junio de 2013

Formidable

La anécdota que Marta guardaba en su diario decía así:


Era muy joven y me enamoré. Me enamoré de aquel muchacho que sólo pasaba unos días por  mi ciudad. Era muy joven también. Era ágil, astuto, inteligente y de muy buen humor. Algo de mi cotidianidad era la suerte de que nos viésemos una semana seguida en el mismo lugar. Cruzamos palabras, ideas, sonrisas y risas. Fue bastante gratificante conocer a una persona tan joven y tan madura, que prendara mi atención tanto tiempo.  Era muy gracioso. La última vez que disfrutamos el intercambiar dichas, nos hicimos entender que había una atracción mutua. No es que hubo palabras que dijeran que eso estaba sucediendo. Hubo miradas, gestos, nervios, torpeza, inquietud, y algún roce de manos y rubor en las mejillas. Al cabo de una semana,-ni siquiera recuerdo su nombre y no es algo de que me enorgullezca- el sagaz visitante de la ciudad se marchó, dejando plantado mi entusiasmo, dejándome embarcada, perdiéndose como si fuera culpable de algo que dijo o no dijo. 

Los días siguientes a este fueron melancólicos, fueron pesados; en los que mi cara no quería levantar la mirada, en los que sentí que algo malo había en mi que hizo que se marchara así, sin despedida, sin saber qué cara pondría al saber que yo ya no le vería.  Pero fue la pregunta que le hice a aquel amigo por el cual el del nombre que no recuerdo vino a esta ciudad, lo que me trajo la paz a la vida en esos momentos. 

Su respuesta figuró así: "Lo vi antes de irse, si. Ya se fue. Estaba con una chica, estábamos tomándonos una cerveza y él llegó con ella. No se quien era, imagino que se la encontró por allí en alguna de sus salidas y la invitó porque era alegre y desinhibida" Y salta la novia de mi amigo diciendo con algo de malaintención: "¿ y eso que no te llevó a ti?" Pero inmediatamente mi amigo comienza a reírse y le advierte a la simpática novia que me diga qué fue lo que dijo de mi mi encantador visitante. Ella dice: "Si, dijo algo que ninguno de los presentes entendió". "Dijo:¿Marta?, Martita es formidable".

A partir de esta palabra, en la que un extraño trata de definirme y explicar el motivo por el cual no apareció más por mi vista, comencé a sentirme incomoda y hasta ilógicamente avergonzada. Qué significa FORMIDABLE, y qué significa para él esa palabra.Terminé sintiendo enfado, me decepcionó. Y ni sabía lo que en realidad significaba la palabra. A continuación me busqué un diccionario, decía esto:
  • extraordinario, magnífico, estupendo, maravilloso, fantástico, excelente, genial
  • gigantesco, enorme, inmenso, monstruoso, grandioso, colosal.

Pero aún no entiendo del todo lo que vieron los ojos de ese chico en mi.

La función Delta de Rosa Montero


"[...] En fin, querida -Hipólito nunca me llamaba por mi nombre, siempre utilizaba ese "querida" de falsas resonancias, seguramente por miedo a llamar a su mujer con nombre equivocado y delatarse-"

Y continúa Hipólito, quizás en una pagina anterior de este libro, "El problema, querida mía, es que no me reconozco en ninguno de los papeles que debo representar. No me reconozco como padre, como esposo, no me reconozco como amante. Soy un desastre. Tengo demasiados personajes y me siento cansado de todos ellos"

Les compartiré alguna que otra expresión más de Hipólito a medida que siga leyendo este bien llegado librito.

viernes, 14 de junio de 2013

Bolero


Buena broma nos echó el destino. Este amor acongojado siempre
Destinado a ver caer hojas como si nunca llegó la primavera 
Que dicha la de los celebrados, esos que nunca fui
Buena broma nos jugó Dios. Es bueno creer que fue Dios
Que dicha ver la primavera, que dicha la sonrisa de los homenajeados
Que desdicha no reir como ellos
y seguir viendo siempre hojas caer.

martes, 11 de junio de 2013

Ustedes los tontos


Tontos de mi vida, no sueñen con que tendrán algún día toda  la vida alegre que siempre sueñan

Tontos de mi vida, la juventud solo es un paso más hasta la muerte

Tontos, tontos. No es la belleza lo que necesitan para ser felices
Tontos de mi vida se la pasan diciendo que saben ser felices con ellos mismos, siempre terminan necesitando la aprobación de alguien más

Tontos de mi vida, el resto del mundo no es menos importante que ustedes

Tontos, jóvenes tontos- así como yo-, no se crean que han descubierto el agua clara ni los primeros amaneceres

Tontos, queridos tontos, bobos de la vida -no como yo- quien supere la soledad y la tristeza del abandono, por obra del universo o de un Dios, como el perder a la madre, quien supere la soledad en todos sus tonos, puede entonces decir que sabe de soledad y de ser feliz en ella

Tontos mios, sin ustedes en que molécula podré reflexionar sobre tantas tonterías que nos quitan el tiempo

Y ustedes, mis tontos; inteligentes, cultos y bellos. Ágiles, jocosos, engreídos y amorosos, son todo eso que yo también he sido. Y de qué se trata perder el tiempo más que viviéndolo y dándonos cuenta por nosotros mismos que en realidad hemos sido muchas veces unos tontos.




Fotografía: Revista Literaria La Noche de las Letras