miércoles, 30 de abril de 2014

Dos corazones y cuatro ojos. Tanto en mí

Esto es el relato de un día cualquiera de mi tiempo embarazada. Era un lugar caluroso en la carretera que lleva a Ciudad Bolívar desde oriente del país. Destino no tan grato, destino con una madre moribunda con cáncer. Esta era la razón del viaje.

 Papá con cámara, mamá con nauseas. 

No sé que hacer con ellas, porque eso de portaretratos ya pasó de moda. Y la verdad quedaron lindas, no porque salgo yo en todas las fotos, sino porque Salvador me hacia llorar de nauseas y vómitos y aun así yo le sacaba sonrisas para las fotos -y él a mí-. A pesar del destino.

¿Será la alegría? A pesar de las penas.