Me pongo melancólica cuando cae la noche, pero mucho antes de caer esa oscuridad, antes de que se apague el cielo, como dice Salvador, la luz del sol se ve tenue y perezosa. Esa luz tipo cinco y seis de la tarde es hermosa y está llena de melancolía. Se muere un día, se muere un atardecer, se muere un día del calendario, se mueren momentos, se acaban sucesos, se van con él.
Ese momento de cada día me llena de melancolía . Me prendo de impotencia por no poder parar las horas y sostener el sol para que no se apague por completo.