Tengo sed, mucha y demasiada. Quiero como loca vivir. ¡Vivir !
No es suficiente lo que he hecho por mi y por los demás.
Muero por encontrarlo, aunque se que no es tan fácil encontrar.
Puedes pasar tu vida buscando lo que realmente haces mejor que nadie en el mundo. Tomando las palabras de un gran hombre que quiero.
Estoy sedienta de bailar, de crear, de enseñar, de besar, de ayudar, de encontrar, de estudiar, de saber. Y de amar.
Tengo sed, mucha sed. Quisiera beber todo lo que se pueda en una sola sorbida considerable. Alcanzar a todo y no quedarme en consuelos y conformidades. Dije que no me quiero casar para no acabar mi vida tan temprano antes de vivir mucho más, pero también me quiero casar porque quiero vivir todo de esta vida, y porque creo en el matrimonio desde otra forma realmente brillante. Quiero comer todo lo que exista en este mundo al cual pertenezco.
Estoy hambrienta de satisfacciones. Las que se encuentran hasta en lo que atrapa mi olfato. Quiero oler el olor de la India y el aceite de ajo del sofrito de mi mamá. Quisiera vivir con conciencia cada paso de la insolente juventud. Las maravillas de la madurez como si fuera aún una adolescente. Y llegar a la vejez, por fin, cansada de vivir, con ganas de descansar sin pensar tanto no más que en la inmortalidad de los cangrejos.