viernes, 26 de agosto de 2011

No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca.
.
No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.
.
Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el jubilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo

domingo, 21 de agosto de 2011

El llanto es nuestro


Hay gente que no llora. Nunca. No creo que sea una virtud y tampoco un defecto. Lo percibo como una necesidad del cuerpo y del espíritu. Así como el estornudar. Que uno a veces reprime por ser estruendoso o por causar un accidente-como pegar la cabeza de la mesa o del plato de comida mientras comes-que otras veces no importa y sale sin control alguno, otras que se controla y sale hasta con un sonido coqueto y gracioso. Llorar también se puede controlar, y mucho mejor que el estornudo. Porque lo evitas y ya. Porque te avergüenza. Porque ya estas cansado de llorar o porque naturalmente no te sale una bendita lágrima.

Hay personas que controlan muy bien la reacción de un manojo de emociones. ¡Bravo! o Que triste...

Veía una película de drama, habían momentos cargados de nostalgia, tristeza y/o desgracia, yo respiraba profundo para que no salieran las lágrimas. Conmovida. Y lo lograba, no salían. Pero hay gente que ya lo ha hecho tanto en su vida que se ha vuelto un reflejo muy arraigado y difícil de modificar. Hay gente que ya no sabe llorar. "¿como se hace?" dicen. Que ninguna situación por muy nostálgica o dolorosa que sea le haga botar una lágrima, ni siquiera aflojar una adentro del lagrimal. Cero lágrimas. "Somos difíciles de conmover" o "Me conmueve tanto, pero no sale nada, no lloro"

En contra posición estamos los que lloramos y los que lloramos demasiado. Todo al extremo es anormal. Estornudar mucho es señal de un problema, algo hace que te la pases estornudando. Quizá una alergia. Llorar mucho, también está raro. Pero insensibilizarme, endurecer mis sentidos, volverme exigente ridiculizando las cosas de la vida que conmueven y aflojan el corazón. Medir conscientemente, con la cabeza fría todo el tiempo, toda la vida, predisponiendo con la coraza de que "soy duro y difícil de convencer" Bueno... no se que decir acerca de ello.

Déjate ablandar. Llora, ¡anda! Mira una película y no escatimes con las emociones, no señales donde el director de esta puso música dramática para hacerte llorar. Déjate a veces, una que otra vez. Están hechas para eso, para lograr algo en uno y solo son fantasías. Si en tu propia vida no lo haces porque nada te produce llanto, pues ejercitalo en la vida no real. No pierdas este don tan mal preciado, esta necesidad, esta forma de expresarse el espíritu, esta manera de drenar lo que esta dentro y que a veces necesita salir. Llora, no demasiado, pero llora.

Llora también de alegría


Los hombres no lloran,

! vaya tontería más absurda !

si el alma sangra

si el corazón se encoge,

da igual que seas mujer u hombre

tus ojos derramarán : lágrimas.

No me importa que digan que soy débil,

y que por ello lloro sin consuelo,

eso no es debilidad es : duelo

por ese Amor que se murió.

Y en ello alivio la tensión

de algo que anhelo : la Paz,

esa Paz en mi alma

que hoy no está, no tengo.

No llores, llorar no sirve para nada,

lo se, pero en mi dolor extremo,

alivio la tensión que llevo dentro

y respiro algo mejor, sin yo saberlo.

No me digas que no llore ! caramba!

que soy libre para hacerlo

y si crees que es debilidad el llanto,

dime porqué cuando hay un quebranto

el hombre llora como niño ciego,

pues sus ojos, no ven las lágrimas,

ven el dolor que se lleva dentro...

Déjame llorar cuan fuente

que emana entre las rocas,

déjame que rompa

con tus recuerdos en ello,

déjame que haga del llanto

mi consuelo....

Por Angeles. Poema al llanto

miércoles, 17 de agosto de 2011

Corazón exigente, panza contenta



No me importa que tenga dinero encima, en el bolsillo y en las de crédito
No me importa que ande a pie o a rueda
No me importa que me de un castillo o el del último piso
No me interesa que me quiera llevar al más caro de los caros
Que me compre de oro y perlas
Que me regale o no en mi cumpleaños a montón
Que diga tener...

Me importa que convierta la billetera en un sombrero de donde saca un pañuelo y conejos; y la tarjeta a una entrada al cielo con flores, con rosas, con perlas dibujadas en papel sobre la bicicleta que me lleva a recorrer el mundo con el mapa del corazón. Me importa que me ponga la corona de reina y princesa y que convierta cada paraje en el castillo ideal. Me interesa el último piso pero de su atención en mi. Me interesa que le salga caro el plan y la obra para hacerme reír desde el cielo a la tierra con un centavo en la mano. Que me lleve a la página más cara del libro de poesías que me regaló en mi cumpleaños. Que me compre de oro las lunas que me gustan y quiero ver. Que no me muestre el nublado lado del cielo en mi cumpleaños ni en el de él. Que diga tener... el corazón hinchado

pero tampoco morir de hambre

martes, 16 de agosto de 2011

Solo puedo acercarme, solo puedo aceptar, ser solo suyo
No puedo soltar, no quiero soltar
En un bosque de lápiz se apodera de mi

martes, 9 de agosto de 2011

Ya no poseo


Aquí el gas del cadáver flota con peso
Aquí inerte puedo transmutar al soplo final de mi juicio. Del que fui acusada ilícitamente
Aquí donde quedé no tengo más que decir porque sería indolente seguirme defendiendo
Aquí las palabras se quedan necias y pusilánimes porque no dicen nada
Aquí si se ha acabado tu ley yo no podre hacer nada
Porque ya no haré más ademanes para que quieras creer lo que no se hace creer sino que surge como el pasto donde tierra y agua hay
Aquí yace mi cuerpo, el que amordazado se siente inerte, abandonado y desterrado al infierno por no poseer. Por no poseer (repito) y sobre todo por ya no poseer