martes, 8 de marzo de 2011

Tarea para la casa: La reflexión hecha acerca de mi profesión. Parte I

Estuve en tres compañías de danza en Italia. Hice clase en dos de estas. Pero eso no es el tema de ahora. A lo que me voy a referir esta vez es a lo que me han mandado de tarea en mi trabajo; "reflexionar" ; "por qué permanezco en la compañía del Ballet del Teatro Teresa Carreño"?.

En dos de las compañias que visite en Italia me han preguntado que por qué estaba buscando trabajo allá. Por que buscaba entrar en estas si eran compañias experimentales con sueldo bajo. No tenían escenarios, no tenían coreógrafos ni maestros estables, no tenían ingresos para montar grandes producciones, no tenían más de diez bailarines en nómina. Por qué Karla estaba allá?

Si, era Europa. Era una vida distinta, calidad para vivir, seguridad, desarrollo... Eso buscaba. Pero la verdad me di cuenta de lo que en mi país tenía. De mi gran escenario, de los ballet's que me faltaban por bailar, de los buenos maestros, de vivir en mi lugar, de la gente que quiero, de simplemente el Ballet Teresa Carreño; su nombre, su presencia sólida, su historia, su grandioso proceder. Mi maestra contándome sus anécdotas de cuando fue bailarina y su desempeño en nuestro país.

La tarea fue solucionada. Reflexione! No me quiero ir, no es lo que deseo hasta el momento en que me veo a las cinco de la tarde en frente del metro pensando si me voy al terminal a comprar un boleto de regreso a mi ciudad, o si me voy a dormir en casa de una amiga, o si me voy corriendo a la habitación que estoy pagando con mi anormal y defectuoso sueldo. No me quiero ir hasta que voy al mercado y no me puedo comprar las frutas porque no me alcanza lo que cargo . No me quiero ir hasta que pienso en que soy madre y tengo un bebé que me cuidan lejos en mi ciudad natal porque no tengo como mantenerlo en la ciudad donde está mi singular trabajo. No me quiero ir hasta que me cobran la mensualidad de la habitación y la tengo incompleta por haber gastado parte del dinero en el mercado.

Me quiero quedar y luchar hasta que al bailarín, al trabajador del arte, al sublime artista se le reconozca. Se le respete, y como dicen por allí se le dignifique! No me quiero ir, y quiero ver como de todos los estados del país esté gente interesada por venirse a la capital y entrar en la compañía de danza más importante de Venezuela. No me quiero ir y quiero ver que entienden todos que ser bailarín no es juego. Quiero ver cuando los políticos y gerentes culturales sepan con certeza lo que somos, lo que hacemos, lo que significamos para la nación. Como las orquestas se encuentran dejando en alto a Venezuela en todo el mundo, porque tienen un propulsor y representante que ama la música, y que le importa el desarrollo cultural de su país. No me quiero ir y quiero estar presente en el futuro, en el que el ser parte del ballet de mi compañía sea una de las cosas más superiores que le suceda al bailarín venezolano.

Es obvia la razón por la que permanezco en este lugar. Es obvio y no hay mas que agregar. Y el amor, la pasión y la entrega que le doy a mi carrera debe ser igual que la de otros tantos bailarines más . Si sumamos esas ganas de bailar de cada uno de nosotros podríamos mover algunos centímetros al mundo. Sacudiríamos a unos cuantos para hacerles entender nuestra profesión. No somos brutos, no somos ignorantes, -y ya es disparatado decir esto-. Somos quizá hasta más listos y capaces que los que manejan el negocio desde allá arriba. Los que discuten nuestros sueldos en un escritorio.

Otra cosa en la que decaigo es cuando para tramites formales piden nuestros datos y llega la pregunta: ¿profesión? la de BAILARÍN no esta ni por chiste. No existimos. Pero desde allí parte nuestra aflicción. Allí mora la raíz de todo esto que viene tropezándose con las instancias gremiales de nuestro país. No nos conocen. Realmente esto es una profesión? se preguntan. Y dan ganas de responder:

"ESTO ES MAS QUE ESO. ESTO ES UN COMPROMISO, UNA LABOR HUMANA, UNA DISCIPLINA EN LA QUE SOCAVAN PROFUNDAMENTE LAS ARTES. EL EMPLEO MAS DIFÍCIL. UNA EXIGENTE CARRERA QUE VIVE DE AMOR Y MAS AMOR PORQUE DE PAN YA HUBIERA MUERTO".




miércoles, 2 de marzo de 2011

martes, 1 de marzo de 2011

El lugar donde nos dejamos



Se escuchaban risas de chicas sin ningún complejo. Un vaso se caía al suelo provocando un ruido estridente, y mas risas como que si lo que pasaba era el mejor chiste de la mañana. Una licuadora, un tarareo de alguna canción para niños de una emisora cubana, un grito de queja porque se quemaba el café. Una mañana clara, iluminada con una montaña dibujando la ventana. Cabelleras largas brillantes, despeinadas... quizá alguna sostenida por una pañoleta. Una cabellera rubia como el oro, una negra como azabache, una como el color de la miel. Se quemaba el café y a otra se le desbordaba la leche. Apuradas porque se había pasado tanto rato en desayunos frescos y charlas de lo existencial, de lo que se tenia y no, de lo que se quería y no, de lo que no gustaba y encantaba... del amor y de emoción.

Solo quedaba un poco de tiempo para vestirse y terminar de alistarse, y corriendo llegar a trabajar. El bus, la maleta, el bolso, el pasaje, y la bolsita con un termo de café.

Regresar al final del día agotadas pero con ganas de seguir riendo, de contando y de oyendo cada cuento de lo que juntas ya habían vivido desde la mañana. La ducha abierta, jabones y cremas. Vestidos de un cuarto a otro para saber cual quedaba mejor, a cual cuerpo, y a qué color de cabello le iba perfecto. Prendas que serian la gala y coquetería para terminar el día con la persona indicada de la que comentábamos en la mañana.

Aura, aromas, brisa fresca, risas, risas...

Emocionadas, y si, enamoradas. Las tres mirando estrellitas, corazones palpitando, ilusionadas, atontadas. Viviendo emociones, queriendo vivirlas. Haciendo lo que se pudiese para llegar al umbral de nuestra pasión.

"Corre, en cinco minutos llegan a buscarnos" Perfumes... y risas. Que no se enteren de que mañana hay una función y estamos saliendo a las nueve de la noche a continuar gastando el día, y con quien quisieramos gastarlo. Emocionadas, una vez mas. Porque había un y otro interés en cada una de ellas por ellos, los que entraron, los que se involucraron a nuestras risas, a nuestras vidas, a nuestras alegrías diarias.
"espero por el"- "quiero verlo hoy"-"viene hoy y se queda"-"las rosas que me regaló"-"a donde me llevó"

Esperaron luego. Apostaron. Confiaron. Esperaron. Allí estaban juntas aún riendo y en adelante esperándolos. Pero de repente ya no hubo nada. Hubo lágrimas y llantos. Puertas cerradas, sin perfumes. No mas risas en el desayuno. Llamadas amenazantes. No más de eso bonito juntas. No más café quemado y canciones cubanas de alegría. Los cuartos se fueron quedando vacíos y solitarios... sin energía y espíritu alegre. Ni ellos con las rosas, ni el "a donde me llevó hoy".




domingo, 27 de febrero de 2011

Reinicia

Estas aquí tan cerquita
Como aquella vez, recuerdas?
Volviendo a querer
Volviendo a estar
Volviendo a conocer mi mapa
Distinguiendo cada región, cada lugar
Con los párpados no tan pesados

Jugabas en mi memoria, y ahora en mi cabello
Amanecías en la mente perpleja, ahorita en la claridad
La claridad del sol para levantarse y la lunar para descansar

Aquí cerquita como aquella vez, recuerdas?

sábado, 12 de febrero de 2011



Esta soy yo. Karla de las tres M. "Gira, salta, salta! Estira las rodillas"!

Piernas, rodillas, empeine, ampollas, zapatillas, pancake, linóleo.

Karla tomaba clases día a día cuatro horas diarias cinco días a la semana. El descanso eran los fines de semana y para hacer tareas y estudiar, para visitar a la abuela y hacer mercado con la mamá. La maestra le dijo que no entraría a una compañía profesional porque no tenia empeines. Karla estudió casi a la fuerza el bachillerato. Le costaba concentrarse y estudiar, prestar atención y no pensar en la clase de ballet.

Hoy baila en una compañía de ballet en Venezuela, y cómo soñaba irse fuera del país. Seguirse demostrando, no solo que su maestra se equivocaba, sino que hasta rompería limites geograficos cuando de bailar tratara el cometido.

La música es la única droga que usa Karla y en especial para crear. Crear una coreografía, una poesía, una carta, una meta, y hasta para cocinar.

Ahora lo hace. Esta escuchando esto http://www.youtube.com/watch?v=vW1hv37imjw
y está antojada de escucharla una y otra vez y tantas veces más. No para de crear.

viernes, 11 de febrero de 2011

TRASTOCADA

Bueno, y cuánto cuesta verte otra vez.
Ya no estas por aquí ni por allá.
Te llevo el viento hostil y la amarga conjetura de que estarás mejor.

Despierta! ya no te escucho reír, ni siquiera quejar.
Cuando dormías a siesta se escuchaba tu entrecortada respiración
que quizá la provocaba mi aparición.

Bueno, y cuánto cuesta tocarte otra vez.
Tu cabello se quedaba pegado en la almohada que yo desde siempre olia.
Te fuiste con la luz que desaparece los horizontes cada mañana.

Regresate, date la vuelta! Hasta dónde piensas llegar.
Cuando estabas de verdad miraba tu pecho y provocaba volver a nacer
para mirarlo otra vez.

Ya no estas. Sueño a diario con que quieras regresar.
Que no te lleva el viento ni la luz suspicaz.
Que permaneces en este tiempo, o en el que era "aquellos tiempos"
No en el venidero, no en el que conozco y duele para matar.

Bueno, y qué cuesta responderme cuánto cuesta creer que no te has ido o que volveras.
Que diste la vuelta, que te arrepentiste, que te regresas porque tambien te duele a ti no estar.

domingo, 6 de febrero de 2011

Roma a las cuatro p. m.


Entré como si entrara a la cocina de la abuelita italiana. Queriendo devorar hasta el último pastel de mermelada y nutella. Quería un capuccino bien caliente. Me despedía de la capital con más arte en el mundo, de la ciudad del cielo de Miguelangel, de la tertulia en el café, del vino con risotto, del Coliseo, de Romulo y Remo.

¿Por qué no había escrito sobre cada una de esas experiencia -de una mejor que otra- en Italia? Quizá estuve durmiendo dos años al regresar a Venezuela. No fue sino hasta que por medio de una película en el cine me diera cuenta que había estado en el lugar más admirado del mundo por mi en mi existencia.

Sólo entre, me ubiqué en una mesa amplia que daba con la mejor vista a la ciudad desde Roma Termini. El sol entraba tras el cristal y la cortina beige entelarañada de la ventana. Pedí el capuccino. Estaba con nostalgia, mi tren saldría a las doce del medio día. Me despedía de Roma como si fuera la última vez que la vería (como todo en la vida hay que verlo como una ultima vez) Estaba aprovechando al máximo el ojo y su retina, y el iris y hasta las pestañas.

Me atendió un chico guapo, como de treinta años su edad. Sonreía y como que entendía de mi emoción. Debí haber transpirado por los poros mucha pasión y mucha emoción por mi Roma bellísima. Pues él lo notó. Roma me mantuvo excitada desde que llegué en un tren nocturno, hasta la última mirada que me daba la ventada del EUROSTAR. Luego de comer la última miga del "pastelillo"  y de beber la última gota con espuma del capuccino, pedí la cuenta al simpático mesonero, y en vez de recibir la factura del costo del romano-apasionado desayuno, tuve en mi mesa un pedazo de papel donde se leía algo así: "Mi turno termina a las 4 p.m. Vienes por mi. Te espero Valentino" "Il mio turno finisce alle 4 del pomeriggio. È venuto per me. _espero_. Valentino" (algo así, desafortunadamente perdí la nota)

Como que si un encuentro casi fortuito de dos personas desconocidas con distintos idiomas -con obvia intención, sin preámbulos y sin perdida de tiempo- saciaría con todo lo inerte de la vida que le quedaba a ese día.  Como que pude haberme quedado y no tomar mi tren que partía a medio día y estar en la esquina de Roma Termini a la salida del CAFÉ a las cuatro de la tarde de ese día esperando a Valentino. Lo pude haber hecho... pero a las 12:10 minutos del medio día de Europa estaba sentada en el vagón central, en un puesto que daba a una ventana del EUROSTAR con nostalgia despidiendo sólo a mi Roma querida.