Escuchar a los que hablan de amor
La superficie...
Quién pudiera darse un paseíto por la superficie de Marte y desde ahí... mirar la tierra como una luna, y poder decir la tierra menguante, la tierra creciente, la tierra llena (aquí se debe aullar desde martes haciendo chasquidos de lobo) (Lobo estepario diría Herman Hesse), la tierra nueva, NUEVECITA! Todas las semillas sembradas por primera vez, y todos los llantos primerizos lavando las mejillas primerizas, y las risas descubriéndose dentro de las bocas (los tiburones muertos de risa) y los abrazos inventando los brazos sin brazo a torcer porque las curvas forman líneas rectas que nunca se dividen. Todo se estrena; cuando hay tierra nueva una vez al mes, y llega ese olor a limpio que le hace el amor a las cosas.
F. Rojas.