martes, 27 de mayo de 2014

Escuchar a los que hablan de amor

La superficie...

Quién pudiera darse un paseíto por la superficie de Marte y desde ahí... mirar la tierra como una luna, y poder decir la tierra menguante, la tierra creciente, la tierra llena (aquí se debe aullar desde  martes haciendo chasquidos de lobo) (Lobo estepario diría Herman Hesse), la tierra nueva, NUEVECITA!  Todas las semillas sembradas por primera vez, y todos los llantos primerizos lavando las mejillas primerizas, y las risas descubriéndose dentro de las bocas (los tiburones muertos de risa) y los abrazos inventando los brazos sin brazo a torcer porque las curvas forman líneas rectas que nunca se dividen. Todo se estrena; cuando hay tierra nueva una vez al mes, y llega ese olor a limpio que le hace el amor a las cosas. 
F. Rojas. 

domingo, 25 de mayo de 2014

Y al sumar cada frase de la experiencia

(...) Él salió en la foto solo. Su papá siempre se ocultaba por algún ingrato y eterno temor

viernes, 23 de mayo de 2014

El peso que llevo encima/es de ropa sucia

Las valijas los bolsos y las bolsas
Todo entaponado para irse
La marcha del despido/del adiós
Adiós

 Lo dejo en manos de Dios
Aunque no soy cristiano
Bueno es creer que fue Dios

Se arrugó la ropa
La camisa de botones en los puños también
Y las medias se van perfumadas en cacharel
Todo va allí a dar un viaje largo y sin rumbos certeros

Las lágrimas que cayeron sobre la de seda blanca
Y los mocos expulsados como si el pecho se desvistió
Se lavaron pero quedaron marcadas para aparecer cuando le pegue el sol
Ya espero que cuando camines al día saques nuestros trapos al sol

Es un peso desconsiderado como todo lo que le achaco a Dios
Va tanta ropa encima que pareciera que no me estima
Un peso largo y sin rumbo certero
A dónde irá a parar
Quiero saber
Confieso.

K.M.


Foto: Armando Medina https://www.facebook.com/ajmm17








jueves, 15 de mayo de 2014

Esto lo escribió Dios



Todavía

No lo creo todavía 
estás llegando a mi lado 
y la noche es un puñado 
de estrellas y de alegría 

palpo gusto escucho y veo 
tu rostro tu paso largo 
tus manos y sin embargo 
todavía no lo creo 

tu regreso tiene tanto 
que ver contigo y conmigo 
que por cábala lo digo 
y por las dudas lo canto 

nadie nunca te reemplaza 
y las cosas más triviales 
se vuelven fundamentales 
porque estás llegando a casa 

sin embargo todavía 
dudo de esta buena suerte 
porque el cielo de tenerte 
me parece fantasía 

pero venís y es seguro 
y venís con tu mirada 
y por eso tu llegada 
hace mágico el futuro 

y aunque no siempre he entendido 
mis culpas y mis fracasos 
en cambio sé que en tus brazos 
el mundo tiene sentido 

y si beso la osadía 
y el misterio de tus labios 
no habrá dudas ni resabios 
te querré más 
                  todavía.

Mario Benedetti

lunes, 12 de mayo de 2014

Me choca la gente que no da la cara - Anónimo.

Extrañar lo que ya no existe

¿Peor o mejor?

Es como si murió

No es como si se fue y aún existe

También tiene que ver con la esperanza

lunes, 5 de mayo de 2014

Procesos mentales

Hoy soñé en el camino que me querías, que venías a mi y me decías: "Cómo crees, no podré estar sin ti. Cómo podría estar sin ti si ya sé que existes. Y las cosas que hago cada día cómo no disfrutarlas contigo".

Pero soñaba sin dormir. Mi sien derecha vibraba humedeciendo de sudor la ventana del autobús. Sabía que no era posible nada de eso, como el resto de mis imposibles, pero decidí dibujarlo en mi imaginación. Lo coloreé con los más bonitos matices. Colores vibrantes, brillantes, alegres. Fue un veloz placer. Me agarró in fraganti el muchacho que recogía las maletas cuando preguntó a cuál parada llegaría. Y yo respondí que en cualquiera serviría, visto que cualquiera rompería súbitamente esa alegría.

Soñé sin dormir, estaba claro que sólo hacía uso conveniente y fructífero de la capacidad con la cual nos dotaron para imaginar. ¡Ah! la imaginación...

Y al poner un pie en el asfalto sonreí con esa risa demente,  la que muchas veces he descubierto en los locos que nadie quiere, sin abandonarla al caminar.




jueves, 1 de mayo de 2014

Agua

Recogiendo lo que la gente regala

CARTA A UN HIJO

“Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor.

Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta.

Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te levanté por el cabello y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato.

Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del auto llevabas la mirada perdida. Te despediste de mi tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal.

Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado.

Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos; que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte. Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mi te indiqué que caminaras erguido.

Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa.

A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi cuarto.

Al poco rato mi ira comenzó a apagarse.

Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude. Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido?

Luego escuché unos golpecitos en la puerta. ‘Adelante’... dije, adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación.

Te miré con seriedad y pregunté: ¿Te vas a dormir? ... ¿vienes a despedirte?

No contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente.

Te abracé..... y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito.

Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla.

Sentí que mi alma se quebrantaba.

'Hasta mañana papito' me dijiste.

¿Qué es lo que estaba haciendo?

¿Por qué me desesperaba tan fácilmente?

Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mí y ciertamente no eras igual.

Tu tenías unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y sobretodo, sabias demostrar amor.

¿Por qué me costaba tanto trabajo?,

¿Por qué tenía el hábito de estar siempre enojado?

¿Qué es lo que me estaba aburriendo?

Yo también fui niño.

¿Cuándo fue que comencé a contaminarme?

Después de un rato entré a tu habitación y encendí con cuidado una lámpara.

Dormías profundamente.

Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé.

Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respiré tu aroma limpio y dulce.

No pude contener el sollozo y cerré los ojos.

Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste.

Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio.

Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación........

Algún día sabrás que los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te amo más que a mi vida.”