No estén molesto conmigo, he decidido el camino que no tiene un mapa ni horizontes claros. Es como un abismo.
Es el que a empujones he llegado a tomar. Sin intenciones de achacárselo a nadie más que al universo, a mi suerte.
Es el camino más difícil entre los otros que se toman por ser mejores conocidos y vistos. Al que se acostumbraron. Yo me iré por otro. Luego de bastante tratar de decidirlo.
Aquí no hay ni una sola ventana para mirar e inspirarme. No hay arboles y estrellas, no se ve el sol con sus rayos vigorosos, no se ve ni la nieve. La inspiración debe salir de las vísceras inherentes sin un poquito del corazón más que el latido y el bombeo de la sangre.
Si mañana pensarás que soy una irresponsable y que mi cabeza está loca, ten en cuenta que poco he recibido cordura de los demás seres que me rodean y no digo nada porque solo sus cabezas entienden de sus manías.
Así que no espero que me aprueben el plan, ni siquiera me apoyen. Denle sentido a lo que piensan, y juzguen en sus cabezas. Pero en mi, solo había amor y ternura para cada una de ellas (las cabezas).
Hagan un recuento y si aparece alguna sonrisa que les produjo mi presencia, si alguna vez hice nacer en alguno de ustedes alegría y se reconfortaron con mi amor, entonces hice algo no tan malo para cada uno de todos.