lunes, 16 de mayo de 2011

No al celular




Me gustaría volver a la época donde no existían los celulares. Aquel tiempo en el que no nos decíamos cosas ni tan bonitas ni tan feas tan seguidamente. El hecho de tener que hablar de frente, o por el teléfono de casa nos hacia tener mas timidez, o mas cordura, o mas prudencia. Esos tiempos en los que teníamos que planificar un encuentro para vernos y decirnos todo lo que pudiésemos hasta el próximo encuentro. Eran ocasiones especiales los encuentros con los amigos, con los novios, con la familia.

Hoy en día, ya sea por el mensaje de texto en el celu, por redes sociales como el messenger o facebook, nos decimos tantas veces que nos queremos, que nos extrañamos, que nos amamos... y hasta que nos detestamos. Tenemos ahora la facilidad de expresarnos sin mucha discreción. Al parecer es que no nos están mirando la cara y entonces damos rienda suelta a nuestros sentimientos. Un encuentro en facebook podría propiciar un matrimonio, o tal vez un suicidio.

Un encuentro por mensajes de texto ahorra la salida de casa, por consiguiente ahorro de gasolina, menos contaminación ambiental y muchas otras cosas que implican salir de casa. Pero creo extrañar un encuentro cara a cara para decirnos lo que nos atrevamos a decir. Un "te amo" podría ser mas original y significativo decirlo de frente. Pero entonces andamos y vivimos como si estuviéramos enviándonos a cada momento cartas cortas, sin papel y sin lápiz, cartas tecnologicas al instante, en tan solo segundos y megabites. Ya se han inventado besos cibernéticos, abrazos y todo tipo de gestos por iconos de la informática. Con signos, palabras claves y hasta pasando tu tarjeta de crédito puedes mandar un ramo de flores animado... hasta puedes tener una mascota en tu computadora.

La tecnología esta avanzado grandiosamente, teniendo un importante papel en el presente siglo. Nos trae beneficios insuperables (como menos arboles cortados para el papel) pero nos quita otra cosa: El contacto humano.

No quieren contestar el celular todo el tiempo, no quieren hacer saber de ustedes cada vez que alguien lo espere, no quieren cargarlo encima como una tercera oreja. Si que es necesario, pero quisiera que no. Y se que no soy la única en pensar esto. Nos salio un sexto dedo y ahora no sabemos como quitárnoslo.